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Sunday, January 15, 2006

¿Quieres algo de tomar? El hombre gritó desde adentro. Los que lo presenciamos intercambiamos miradas incluyendo la cajera.

La persona que lo esperaba dentro de una camioneta, contestó algo apenas inteligible

No sé que era, su atuendo, sus modos, su voz, no sé pero todos los veíamos, incluyendo el ciclista quien había entrado a la pequeña tienda para comprarse un café, aun vestía sus licras, lo que me hizo pensar si el tamaño de su trasero había sido embellecido con el relleno de hule espuma que por lo regular tienen estas prendas. Entretenida estaba entre el hombre que gritaba y el ciclista, hacía fila para pagar mi gasolina.

El hombre se movía de una lado a otro cargando 2 botellas de dos litros de coca cola, trataba de encontrar algo, movía las manos, la cabeza, los hombros, era difícil seguirlo. Lo que hicimos los demás fue tratar de ignorarlo, pero tenía la atención de todos.

- ¿Dónde tiene las pastillas de cafeína?

- Están aquí. Dijo la cajera señalando una pequeña vitrina con la puerta en la parte posterior, sólo ella podía alcanzar su contenido.

- ¿Por qué las tiene bajo llave?

- Porque la gente que abusa de ellas

- ¿Ahhh sí…?

Pidió que le vendieran 4 paquetes de la marca amarilla y otros cuatro paquetes de la marca azul, cada uno de los paquetes contiene 4 pastillas, dos pastillas son suficiente para mantener sin sueño a un hombre adulto por espacio de 24 horas.

- Señor sólo le puedo vender 1 paquete

- ¿Por qué?

- Es ilegal vender más

- ¿Ahhhh sí…?

Sin dejar de moverse, le gritó algo a su compañero, quien se veía claramente impaciente.

La persona contestó de tal manera que nadie supimos que dijo aunque su frustración era evidente.

El hombre exhalaba fuerte, se tocaba la nariz, aclaraba su garganta, contaba su dinero una y otra vez, movía la cabeza para tronarse el cuello, volteaba impaciente a mirar a su amigo quien lo esperaba. Todo esto en fracciones de segundo. Sus ojos eran azules, bellos ojos y su cabello rubio. Vestía unos pantalones deportivos y sobre ellos un par de shorts de mezclilla, una sudadera roída por el tiempo. El ciclista me clavó la mirada para compartir conmigo su sorpresa

El hombre del auto dejó el carro encendido…vino a encontrar a su amigo, le señaló a la cajera que era lo que quería sin abrir la boca, un paquete de pastillas de la marca azul, pagó.

El hombre de las coca colas pagó también. Antes de retirarse preguntó.

- ¿Dónde esta la siguiente gasolinera, señorita?

- Dos millas abajo

- ¿Sabe usted si ahí venden esta marca de pastillas?

- No lo sé señor.

- Mil gracias muy amable, tosió.

Se subió a la camioneta donde su amigo lo esperaba, una camioneta con cubetas de pintura, una escalera mal puesta y un letrero que decía. Joe´s painting Co. Apopka, Florida.

De inmediato se sintió la ligereza en el aire, el ciclista pagó su café, salió del lugar, se encaramó en su bicicleta parando el trasero, definitivamente debía de tratarse de hule espuma, manejando con una mano, sosteniendo con la otra el vaso de café.

Era mi turno…- Hola, dije. –Diez dólares en la bomba número 4

- Gracias que tenga buen día, me dijo la cajera con una sonrisa en la cara.

1 comment:

Enigma said...

Que mas queda al ser testigo de la locura de algunos...

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Que día es hoy?